jueves, 3 de febrero de 2011

Enfermedad de las vacas locas en humanos

El nuevo análisis, según informa la revista médica "The Lancet", permite un diagnóstico más rápido y detectar también la presencia del mal en la sangre de potenciales donantes.

Científicos británicos han desarrollado un nuevo análisis de sangre para detectar la variante humana de la enfermedad de las vacas locas en pacientes que aún no presentan ningún síntoma.

La nueva prueba, según informa la revista médica "The Lancet", permite un diagnóstico más precoz y detectar también la presencia de esa enfermedad en la sangre de potenciales donantes. Sin embargo, son precisos nuevos estudios antes de que pueda generalizarse su uso.

La variante humana de la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob o encefalopatía espongiforme bovina afecta al cerebro y se cree que pasó del ganado a los humanos a través de la sangre.

En el Reino Unido son ya 170 las muertes confirmadas a consecuencia de esa enfermedad, pero algunos estudios indican que uno de cada 4.000 británicos podría estar incubando ese trastorno degenerativo aunque no presente de momento ningún síntoma. Los síntomas tempranos incluyen la ansiedad, la depresión y dolores combinados con picazón.

Los médicos, sin embargo, no se dan cuenta de que un paciente sufre esa enfermedad hasta que se presentan otros síntomas como las dificultades de movimiento o la pérdida de habilidades mentales.

Actualmente no existe un tratamiento para esa enfermedad, que suele diagnosticarse además cuando está en fase avanzada.

El nuevo test se probó en 190 muestras de sangre, de las que 21 estaban infectadas por la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob, y el test permitió detectarla en 15 de ellas y además no dio ningún falso positivo.

Según el director del equipo investigador, el doctor Graham Jackson, de la Unidad de Priones del Medical Research Council británico, la nueva evaluación permitirá eventualmente examinar a toda la población y determinar qué pacientes son portadores silenciosos de esa enfermedad para impedir así que continúe su transmisión.

El profesor John Collinge, del mismo centro investigador, declaró por su parte a la BBC su intención de comenzar inmediatamente a aplicar la prueba a los pacientes de su clínica.


¿Qué es el Mal de las Vacas Locas?

La primera res afectada por el mal de las vacas locas fue detectada en el Reino Unido en abril de 1985. Más de una década después, en 1996, aparecieron en el mismo país los primeros casos identificados de la versión humana de la misma dolencia, que fue denominada "nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob".

La Encefalopatía Espongiforme Bovina o enfermedad de las 'vacas locas, es una enfermedad producida por una proteína infecciosa, llamada prión, que transforma a la proteínas sanas en dañinas alterando su forma.

Este mal se encuadra dentro de las denominadas encefalopatías espongiformes transmisibles, que incluye también enfermedades como la del Scrapie, que afecta a ovejas y cabras y la enfermedad crónica caquectizante del ciervo y del alce. Además, existe un grupo de enfermedades que afectan al hombre como el kuru humano o la enfermedad de Creutzfeldt Jacob (CJD).

Al tratarse de una enfermedad que afecta al tejido nervioso, produce alteraciones en el comportamiento de los animales como estados de nerviosismo, comportamiento agresivo y reticencias a sortear dificultades (atravesar puertas, subir o bajar peldaños). También, produce cambios locomotores y neurológicos como posturas anormales de cabeza, pérdida de peso y disminución de la producción láctea.

El proceso es lento y progresivo afectando a reses adultas, mayores de 30 meses, de ambos sexos y preferentemente en explotaciones de ganado lechero.

La enfermedad se diagnosticó por vez primera en 1985 en el Reino Unido. Posteriormente se han detectado nuevos casos de reses enfermas de este mal en otros países europeos como Irlanda, Francia, Portugal, Alemania, Italia o España, entre otros.

Hay dos hipótesis acerca del origen de la enfermedad. La primera de ellas afirma que, a principios de los años ochenta, el método que usaban los productores británicos para reutilizar en los piensos los despojos de las ovejas fue alterado: la temperatura se redujo y se eliminaron algunos solventes. Como consecuencia, los priones (agentes causantes del mal) que infectaban a las ovejas dejaron de ser inactivados en los piensos y contaminaron masivamente al ganado vacuno. La segunda hipótesis dice que la enfermedad se originó en un linaje de vacas por una mutación en el gen que fabrica el prión.

La EEB se transmite al hombre por el consumo de animales enfermos. Los tejidos de mayor riesgo, denominados Materiales Específicos de Riesgo (MER), son el cerebro, la médula espinal, los ojos, amígdalas, bazo y el intestino.

Hasta el momento se han detectado 90 casos en el Reino Unido y otros tres en Francia.

La enfermedad no tratamiento, siendo incurable y mortal tanto en las reses como en los seres humanos. Puede tardar más de 10 años en manifestar sus síntomas.



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